Más que un propósito de año nuevo, ha sido un reclamo
de mi espalda. Y es que cuando llevo cierto tiempo sin hacer ejercicio, mi
espalda se queja…
Ir al gimnasio en Vancouver, como prácticamente todo,
es diferente a España. Lo que más me ha llamado la atención es que aquí no es
obligatorio llevar toalla para poner encima de los aparatos y secarte el sudor.
En cambio, ellos tienen un spray
desinfectante y rollos de papel para limpiar las máquinas y las colchonetas una
vez utilizadas, especialmente si las has dejado encharcadas de sudor. Así, ves
a los musculitos tal cual chachas de la limpieza, con su spray y sus bayetas de
papel, frota que frota…
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En Vancouver también los gimnasios funcionan de otra manera |
Tampoco son muy exigentes en cuanto a la indumentaria.
Normalmente la gente va con equipación deportiva pero de vez en cuando puedes
ver a alguien ejercitándose vestido de calle e incluso con zapatos… Tampoco son
mucho de ducharse. No es que no sean limpios. Entiendo que lo harán al llegar a
casa. Más bien son cohibidos. Pero llama la atención que se cambien de ropa y
se pongan la camisa de trabajo sin pasar antes por el agua. En fin, cosas de canadienses…
Si estás interesado en apuntarte a un gimnasio en
Vancouver, te recomiendo dos cosas. Primero, busca promociones de semanas
gratis en internet o pregunta a la gente que conozcas que esté yendo a un
gimnasio. Ellos te pueden conseguir algún pase de prueba gratis. Yo conseguí
uno de dos semanas en la página de internet de un gym y mi compañero de piso me
consiguió otro de un mes en el suyo. La condición que te piden es que estés
viviendo en Vancouver, pero tampoco necesitas gran cosa para justificarlo, así
que si tienes un número de teléfono canadiense y dar tu dirección es suficiente.
Si estás estudiando y tienes alguna tarjeta de estudiante, no la olvides
tampoco, en algunos sitios tienes descuentos.
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Spray desinfectante y papel para limpiar el sudor de las máquinas |
Lo segundo, si todavía estás en España te recomiendo
que empieces allí en el gimnasio. Aquí no tendrás a ningún monitor que te haga
ninguna tabla de ejercicios y te asesore un poco con lo que estás haciendo, a
no ser que pases una sesión privada, que en mi gimnasio cuesta unos 90$ la
hora… Por lo que mejor vente con los ejercicios aprendidos, o sino búscate a un
amigo con el que ir y te explique, aunque no será fácil. Aquí, a diferencia de en
España, casi todo el mundo entrena solo. No se escuchan apenas comentarios.
Cada uno a su bola. Ni “hola”, ni “adiós”, ni nada por el estilo. Solo los
comentarios justos y necesarios para preguntar si ya has terminado con una
máquina. Incluso he visto algún cartel pidiendo que, por favor, no se utilicen
los móviles para no molestar al personal… pero, bueno, también escuché una vez
en un teatro, en ese momento que en España dicen que se apaguen los móviles,
que la gente no usase perfumes demasiado fuertes para no molestar al vecino…
cosas de Canadá… :P
Otro tema que también me ha llamado la atención, es que
en las instalaciones hay varias fuentes para beber, por lo que no es necesario
llevar el mítico botellín de agua (en ésta sí que nos ganan). Aquí el agua de grifo
se bebe en todas partes. Te la ponen directamente en los restaurantes e incluso
para acompañar un café, y esto sí que es “for free”.
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Varias fuentes como ésta para saciar la sed |
En Canadá, como en España, también hay clases de grupo incluidas en el precio del gimnasio. Y os aseguro que pueden ser una clase de inglés intensiva. Si ya es
complicado a veces seguir una clase en español, que uno no siempre está
familiarizado con los músculos de su cuerpo, imaginaos en inglés. Sitúate siempre cerca de los que tengan pinta de más avispados, porque
haciendo los ejercicios no siempre podrás estar mirando hacia el monitor, y si
tienes a alguien cerca a quien copiar, pues ayuda… Yo he probado con yoga y pilates
y he salido del paso. Y si el monitor te dice algo y no le entiendes, sonríe
mucho, que pronto se dará cuenta y se acercará a explicarte la posición “in
situ”, con gestos, y haciéndote él el movimiento con sus manos.
Y después está el tema de los suplementos vitamínicos.
En Vancouver hay tiendas de alimentación deportiva por todas partes. Y al contrario de la
idea que tenemos en España, aquí las consideran “very helthy”. Que no comes
pescado, no importa, siempre habrá una pastilla que te aporte los nutrientes
que necesitas… Incluso en mi gimnasio a veces hay catas de cockteles explosivos
asquerosos, pero yo sigo fiel a mi dieta mediterránea y solo me he dejado
llevar por la tentación de un complemento proteínico. Y es que aquí los
hombres están muy fuertes y uno se
siente flacucho entre tanto músculo…
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Hacer ejercicio en Vancouver es casi una obligación |
Finalmente, los comerciales de Steve Nash, la principal
cadena de gimnasios de Vancouver, me han hecho una oferta irresistible. Eso sí,
me he hecho de rogar y he utilizado mis buenas artimañas de regateo de latino.
Al final, he conseguido gym 4 días a la
semana, por solo 14$ al mes, matricula aparte, gracias a una promoción durante
la boxing week. El contrato es de un año, pero si me marcho a vivir a más de 30
kms. puedo darme de baja sin problema. Por lo menos es lo que me han dicho.
Fiémonos, pues, del compromiso canadiense.
Ya os iré diciendo cómo evolucionan mis músculos. :P