domingo, 22 de diciembre de 2013

El tabú de los pies (en España)

Cuando te vas a vivir fuera no solo aprendes cosas del país al que te vas, sino que también te planteas el  porqué de algunas cosas que nosotros hacemos de una u otra manera. Damos por sentado que lo que nosotros hacemos es lo correcto, pero cuando chocas con otras culturas e intentas explicar por qué para ti es mejor hacer algo de otra forma, te quedas sin palabras. Supongo que nuestras tradiciones son muy sabias y tras años de forjarse ciertas costumbres alguna explicación habrá, y nosotros confiamos ciegamente en ello.

Por eso hoy quiero hablaros de nuestra fobia a los pies, esa timidez por sacarnos los zapatos y a quedarnos con calcetines. Parece que nos da vergüenza, no nos sentimos a gusto y consideramos de muy mala educación estar descalzos en lugares públicos o con personas con las que no tenemos suficiente confianza.

¿Por qué en España nos da vergüenza descalzarnos en público?

En Canadá esta norma social se la pasan por el forro.  Al contario, lo impolite sería más bien lo contrario. Entrar en casa ajena significa directamente descalzarse nada más cruzar la puerta y hacer vida en calcetines. Tanto si es una visita íntima, como una fiesta multitudinaria. Todo el mundo descalzo, bebiendo sus cervezas o copas de vino y bailando  (bueno, bailando poco), más bien conversando con gente que acabas de conocer. Y si no lo haces, alguien rápidamente te llamará la tención. No se cortarán, te lo aseguro.

Sorprendido me quedé en mis primeras clases, cuando vi que el profesor sin ningún tipo de pudor se sacaba sus zapatos y se disponía a dar la clase descalzo, al igual que muchos otros estudiantes que desenfundaban sus pies sin ningún tipo de culpabilidad. Eso sí, las clases están todas forradas de moqueta.

Incluso en el trabajo, no es raro que la gente se desprenda de las botas y deje respirar sus pies a la interperie. Y os diré que es muy gratificante dejar respirar tus pies después de tenerlos enfundados en botas de goma ideales para los días de mucha lluvia y de nieve.

No te olvides de quitar los zapatos nada más entrar en una casa canadiense

Y si en España lo habitual es dar las clases de pilates en calcetines, aquí también van un paso más y todo el mundo se los quita. Y no será porque aquí haga más calor. Pero no, no penséis mal, en la piscina siguen la tradición española y conservan el bañador… :P

Lo más exagerado que he visto ha sido lo de unos chicos que ya dejaban directamente su calzado fuera del apartamento, tirado en el descanso del portal, al alcance de todo el mundo…

Y esta costumbre no es exclusiva de Canadá. En casa de mis amigos de Londres entrar con calzado en casa también está prohibido. En Bruselas un amigo amablemente me preguntó por mi número de pie y al momento me trajo unas zapatillas con ese número. Y creo que en todos los países del norte de Europa es de lo más común. Y sin embargo en España, a ver como le decimos a los colegas, “oye, te importaría quitarte los zapatos?”. ¡Que va! sufrimos en silencio viendo como se estropea la alfombra de la sala. :P

Estampa habitual en la entrada de una casa canadiense
¿Qué nos pasa a los españoles con los pies? ¿Qué tipo de trauma tenemos que nos cuesta tanto enseñarlos? Supongo que este pudor viene de lejos, de cuando el día que tocaba baño era el domingo. Y, claro, el olor que se desprendía al quitar los zapatos no era de lo más agradable. Y de ahí mantenerlos bien encerrados. Vamos, es lo único que se me ocurre.

Pero ahora que presumimos de nuestra higiene diaria, ¿por qué no nos quitamos los zapatos al llegar a cualquier casa? Desde luego, los pisos se ensucian y se estropean mucho menos. En mi reciente visita a España, ya con mentalidad medio canadiense, se me hacía raro entrar en  las casas de mis amigos con botas.


Al final, es todo cuestión de costumbre y de llevar unos bonitos calcetines… Ya que aquí en las fiestas, ligues o no, se enseñan… :P

3 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, quizás pensamos los españoles que nos quedamos "desnudos", pero son los prejuicios y cultura lo que hace que nos comportemos asi. Yo aplaudo esa teoria y además me encantaría ir descalza en cualquier casa de amigos y poder expresar mis ideas sin que me miraran como un bicho raro.
    Alicia

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario, Alicia! Tenemos que crear una nueva corriente de pies descalzos en las casas... :P

    ResponderEliminar
  3. Hola!
    Me alegra que postees sobre estos pequeños detalles que hacen la vida aqui en Vancouver más interesante. Al fin y al cabo siempre vamos buscando nuevas experiencias. :)
    En mi caso, me he vuelto bastante pejiguera con los calcetines, sabiendo que me tengo que descalzar cada vez que voy a algun sitio. Al principio veia a los canadienses con unos calcetines tela de molones y los mios feos, blancos con raquetitas a los lados y me daba vergüenza torera. Ahora no veo la hora de descalzarme y enseñar con orgullo mis calcetines de fantasía.
    Buen post.
    Un saludo

    ResponderEliminar