lunes, 27 de mayo de 2013

Solicitar el visado canadiense on line

El Gobierno de Canadá tiene una plataforma a través de la cual se puede solicitar el visado de estudios y trabajo on line. De esta forma, no solo ahorras los gastos de envío de todo el papeleo, sino que también consigues reducir el tiempo de respuesta. Yo hace una semana que solicité el visado de trabajo y, según los datos que ofrece la web, si lo hiciese a través de correo postal tardarían unos dos meses y medio. Con la aplicación on line el plazo se reduce a poco más de un mes.

Es orientativo porque lo que tienen en cuenta ellos es la fecha de entrada de las solicitudes que están resolviendo en ese momento. Ya os diré yo en qué fecha tengo noticias.  La carta que te envían para obtener el visado de estudios en la frontera me llegó exactamente en tres semanas.

Para aplicar a través de internet lógicamente tienes que enviar todos los documentos escaneados, así que necesitarás un escáner, y  después una tarjeta de crédito para pagar las tasas. Nada más.  En este enlace te van explicando todo el proceso: http://www.cic.gc.ca/english/my_application/apply_online.asp


El primer paso es responder un cuestionario para saber si puedes hacer el proceso on line y cuál es el visado que necesitas solicitar. Si el resultado es afirmativo, obtendrás un número de referencia que tienes que guardar para cuando cubras tu solicitud.

Para ello te das de alta en una plataforma que llaman MyCIC. Yo lo hice a través de la opción que llaman GCKey. Toda la comunicación con la embajada es a través de esa plataforma. Darse de alta es fácil, pero asegúrate de apuntar bien tanto la contraseña como las preguntas de seguridad, ya que es la forma que tienes de identificarte con la embajada. Y si la olvidas la cosa se complica. Cada vez que entres en esta web tendrás que responder a una pregunta de seguridad diferente, además de marcar la contraseña, por supuesto.

Una vez dentro de la plataforma tienes que introducir el número de referencia que te dieron al completar el cuestionario inicial y ya te aparecen todos los documentos que hay subir para enviar la solicitud. Solo puedes enviar un documento por apartado, por lo que en el caso de que tengas que escanear varias hojas deberías agruparlas en un único PDF.

Antes de terminar el proceso, tendrás que pagar las tarifas correspondientes a través de una pasarela de pago, por lo que ten a mano una tarjeta de crédito.


Después recibirás la respuesta de Inmigración en el mismo aplicativo, pero no necesitas estar entrando y saliendo todos los días. Recibirás un correo en tu email en el que te avisan de que tienes un mensaje.

Y así de sencillo es si vas leyendo cuidadosamente todas las indicaciones. Pero…

Los que tenéis alguna experiencia en estos temas, como solicitando la Working Holiday Visa, ya sabéis que Inmigración de Canadá no se lleva muy bien con determinados navegadores. A veces los documentos están en blanco. No aparece el botón de continuar. No te deja acceder a la pasarela de pago… ¡Qué se yo! A mí me pasó un poco todo esto y la única solución que tuve fue empezar de nuevo con otro navegador. Crome suele dar problemas y creo que Internet Explorer es el más efectivo, pero es cuestión de ir probando. Si todo está correcto, recibirás tu primer mensaje de Inmigración. Si no lo recibes y te da la sensación de que falta algún paso, pues estás en lo cierto. Falta algún paso.

Y no te mates en escribir a Inmigración porque no responden… A mí por lo menos no me respondieron y envié un par de mensajes. ¡Suerte y ánimo!


[19/06/2013] Si quieres saber más sobre el visado, lee 'Cambios, novedades, muchas cosas que contar y poco tiempo'.

sábado, 25 de mayo de 2013

Contratar una cuenta bancaria al estilo canadiense

No le he dado muchas vueltas, la verdad. En Canadá los bancos suelen cobrar muchas comisiones. A un amigo le cobraban 15CAD al mes ¡Para que después nos quejemos en España!

En mi agencia me hablaron de una cuenta de Scotiabank para estudiantes que es gratuita, así que no lo pensé mucho más, ni comparé con ninguna otra. Ellos mismos me pusieron en contacto con un comercial. Me envió un email para citarme un día al salir de la escuela. Fue en la oficina principal de Vancouver, en Burrard Street, el centro financiero de la ciudad.

Pero nada que ver con lo que podría ser una oficina de este tipo en España. Tranquilidad absoluta, pocas colas y un relaxing style to work, que me da la impresión que caracteriza mucho a los canadienses.

Pregunté por el hombre en cuestión y me hicieron esperar en una salita, pero en nada ya vino a buscarme y me llevó a su despacho. ¿Cómo estás? ¿Qué tal por Vancouver? ¿Cuándo llegaste? ¿Dónde estudias? Bla, bla, bla... Y ¡oh! ¿Quiéres un café? Un detalle que en España reservamos prácticamente para las peluquerías.


La oficina de Scotiabank en New Westminster

Y yo con mi taza de café tamaño desayuno, como son por aquí, mientras que el gentil hombre me hace firmar tropecientas veces y me explica con detalle las características y el funcionamiento del producto. Una cuenta para las gestiones diarias, la chequing acount, que yo al principio pensaba que me estaba hablando de una chequera -oh, my god, lost in traslation-, y otra para ahorrar, la saving acount, aunque en eso no se estiran mucho. ¡¡¡Los intereses tan solo llegan al 0,10%!!! 

Después me dieron al momento una tarjeta de débito, por lo que no lleva grabado el nombre del titular. Tú mismo eliges la contraseña  marcando el número  en un TPV. “Tapa el teclado con la otra mano”, me advierten y se apartan cuidadosamente y miran hacia otro lado. Con esta cuenta también me ofrecen una tarjeta de crédito gratuita, pero antes necesitan confirmar la dirección y para ello me envían una carta a casa que después yo tendré que devolver en la oficina como prueba de que vivo allí. Vamos, que a veces no se complican con las tecnologías y recurren a lo más sencillo.

Una vez que realice este proceso tendré mi tarjeta de crédito, aunque por el momento mi cuenta canadiense está a cero. Y es que aquí está el quid de la cuestión. El banco te cobra 15CAD cada vez que haces una transferencia de tu cuenta española a la canadiense. Como veis, aunque todo parece muy bonito y el producto está muy bien, también le sacan partido al asunto. Por retirar dinero de cajeros de Scotiabank en Canadá y de Bank of América en Estados Unidos no te cobran nada. Además, en todos los supermercados  Seven Eleven puedes retirar dinero. Y si pagas en comercios con cualquiera de las dos tarjetas te dan puntos para descuentos en cine y restaurantes. No está mal.

Librillo de bienvenida de 71 páginas

Lo bueno es que yo con la tarjeta de débito de EVO puedo retirar dinero gratis desde cualquier cajero que admita tarjetas Maestro. El de Scotiabank precisamente no las admite, pero pude hacerlo en otros sin problema. Y así hacer después el ingreso en Scotiabank, sin tener que pagar comisiones de ningún tipo. Si podéis haceros una cuenta EVO antes de veniros. Os lo recomiendo. Incluso os puede evitar tener que abrir una cuenta canadiense si no vais a estar muchos meses. Puedes utilizar la tarjeta de crédito para pagar en tiendas y la de débito para retirar dinero en cajeros. Así no te cobren ninguna comisión. Si vives en Galicia o Asturias, donde no hay sucursales de EVO, puedes contratarla igual en otro lado si te coincide hacer algún viaje. Después gestionas todo a través de internet o por teléfono.

Tampoco recomiendo cambiar dinero en España antes de venirte. Aunque si retiras aquí en cajero te cobran una comisión, el cambio es mucho mejor y compensa. Además, Canadá es el paraíso de las tarjetas de crédito. Es muy recomendable que te traigas una. Puedes pagar todo con ella, incluso una cerveza o un café. Y en ocasiones es el único medio de pago, como sucede en los aviones de Air Transat.

Después de hora y cuarto de gestiones y de conversación, y tras haberme tomado mi café, salí de la oficina con una carpeta con cuatro documentos de los ocho que había firmado, varios folletos explicando el programa de puntos, el seguro y el funcionamiento del banco, incluido un librillo con información sobre productos financieros, las comisiones que aplica y una tarjeta de débito canadiense. Eso sí, todavía no money en mi cuenta, así que si alguien quiere hacer un donativo sería un placer. :P

PD. Si estás interesados en abrir una cuenta en Scotiabank ponte en contacto conmigo. Tienen un programa de esos en los que si vas de parte de otra persona te abonan unos dólares (bueno, y a mí también). Según la publicidad unos 50$ para cada uno. No está mal, no? :P

lunes, 20 de mayo de 2013

Un paseo por New Westminster

Hoy es el día de Victoria, capital de la British Columbia, y por lo tanto festivo, lo que equivaldría al Día de Santiago en Galicia. Yo no he tenido clase, pero aquí poco más da. Las tiendas abren domingos y festivos, aunque cierran algo más temprano.

He aprovechado para hacer unos recados por el barrio y dar un paseo por una zona en la que se encuentran las casas más antiguas y más chulas. Por lo visto, New Wensmister es conocido por ser donde se asentaron los primeros colonos de Vancouver y donde están las casas más antiguas, de más de cien años, aunque a nosotros eso nos parezca poca cosa. De hecho, yo también vivo en una casa centenaria.


Las casas son muy diferentes a las que podemos encontrar por España. Casi todas son de madera. No son ostentosas, pero son muy bonitas. Los jardines están extremadamente cuidados y lo que más me llama la atención es que, en muchos casos, llegan a la calle, sin ningún tipo de cierre. Y cuando hay alguna división, nada de muros enormes. Algunas pequeñas vallas de madera o pequeños setos.

Hoy, día de descanso, los vecinos también aprovechan para arreglar sus jardines. Como veis en las fotos, son espectaculares. En este país la naturaleza es sagrada y hay una gran devoción por las plantas y las flores.




Su afán por reciclar es enorme. Mi casa es un ejemplo, pero de eso ya hablaremos en otro post. Mirad lo que me he encontrado en uno de los jardines:

Televisión disponible para quien la quiera
Lo que no sé es lo que le pasa al conducir, que parece que van con miedo. Las carreteras son enormes (vale, los coches también), apenas hay tráfico, van a una velocidad que no debe superar los 40 kms. hora por las zonas residenciales y parece que se asustan si te ven cerca de la carretera. Haciendo una foto de una casa en el borde de una acera, una conductora me pitó escandalizada, como si fuese la mayor imprudencia que hubiese visto en su vida.

Aunque no pasen coches, pulsar el botón y escuchar un "güeit"
Después está la calle principal, donde hay varios centros comerciales pequeños, bancos, tiendas, alguna cafetería y bastantes restaurantes de todo tipo: italianos, tailandeses, mexicanos, chinos… pero no, ninguno español, parece que aún hay un hueco para una tortillería. :P


En cambio, la imagen de los comercios por aquí deja bastante que desear. Dejando a un lado las grandes cadenas, los escaparates de los pequeños comercios son en general bastante pobres y muy poco atractivos. Hay mucho que hacer por aquí en este campo. Fijaros en el escaparate de este dentista, ortodoncista o similar… ¿quién se apunta?

Ampliad la foto y mirad el perro con dentadura postiza... :P

Aquí os dejo varias fotos de las casas de la zona para que os hagáis una idea.



¿Dónde termine el jardín privado y empieza la zona pública?







sábado, 18 de mayo de 2013

15 días: creando una rutina

Quince días en Vancouver y todo va siguiendo su curso. Por el momento me voy adaptando bastante bien. Me despierto en torno a las 6.30, aunque mi despertador está puesto para las 6.50. La luz no me deja dormir. No hay persianas en mi habitación. Tan solo unas cortinas oscuras, pero demasiado finas, por lo que atenúan la luz, pero la dejan entrar igualmente.

El tupper más habitual para el luch son las sobras de la cena anterior

Para desayunar puedo coger lo que me apetezca de la cocina, que aunque un poco revuelta y desorganizada está bien surtida. Ya he conseguido adaptar mi spanish breakfast: Un tazón de leche con un sucedáneo de Cola Cao y cereales. Después a veces algo de fruta o zumo. A las 8.00 horas tengo que estar saliendo de casa, pero antes preparo mi lunch en un tupper. También puedo coger lo que quiera. Normalmente, las sobras de la cena anterior. A veces algún sándwich o una ensalada de lo que encuentre. Lo difícil es saber qué hay en las dos neveras de la cocina y en la otra del sótano. Y saber qué es cada cosa. Tienen montones de botes de productos chinos y muchísimas salsas, que no sé cómo utilizar. También me suelo llevar un plátano, que tienen siempre, y un refresco.

Después a las 8 comienza la caminata hacia la escuela cargado con la mochila del cole con los libros y el tupper de la comida. El recorrido andando de casa a la estación y de la estación a la escuela ya está controlado. Los 25 minutos en el skytrain son bastante insufribles. A esa hora está repleto y nunca hay asiento libre. Estamos como en una lata de sardinas, con la bolsa entre las piernas y el móvil en la mano porque es el momento de guasapear con España. También en los descansos entre clase y clase, que son de 15 minutos.

Una vista desde el puente de Cambie, con la esfera del Science World

Finalmente, como solo quedan dos semanas para cambiar de clases, voy a continuar en las que estoy y pedir después cambio para listening por las tardes. Noto que es donde tengo más carencias. Pero todavía queda mucho tiempo por delante, así que con calma.

Al salir de clase, antes de volver para casa, aprovecho para ir conociendo sitios nuevos, hacer recados o quedar con gente. Sí, españoles y, hasta gallegos, que los hay. Aunque la premisa es no juntarse con ellos para evitar hablar español, uno necesita saber que puede contar con el apoyo de alguien que te entiende y está en tu misma situación. Repito, no es solo el idioma. La idiosincrasia es distinta. La forma de ver las cosas es distinta. Y tener a mano a alguien que te entiende, aunque lo conozcas de dos días, es un alivio. Además, el hecho de haber tomado la decisión de venirnos ya es un punto en común muy fuerte.

Zonas verdes y edificios enormes conviven en armonía en Vancouver

Después el regreso a casa vuelve a ser otro agobio, aún peor, porque el camino a casa en New Westminster es cuesta arriba. Pero, lo bueno es que en el metro se va mejor. Hay menos gente y se puede ir sentado.

En casa estoy muy bien. Me gusta saber que tengo un sitio en el que estoy cómodo y seguro. Normalmente se cena a las 8 o un poco antes, bastante tarde para ser Canadá. Antes debería aprovechar para estudiar, pero por el momento tampoco he tenido mucho tiempo. Últimamente he tenido que hacer gestiones varias. Ya he solicitado el visado de trabajo. Finalmente on line, porque así me llega antes. Por correo ordinario me tardaba dos meses y medio y así espero que solo algo más de un mes, tal y como leí en la web. También ya he preparado mi primera clase de español. Sí, este domingo tengo mi primer estudiante. Es una clase de prueba. A ver si me luzco y ya establecemos una rutina semanal.


Mi primera mazorca con carne en salsa barbacoa, excesivamente dulce

En la cena aprovecho para practicar inglés. En la casa hay buen ambiente. Estudiantes de inglés solo estamos un chico chino muy jovencito, que es el peque de la casa, y yo. Los otros dos huéspedes son canadienses. Uno trabaja y el otro es un señor jubilado de la ciudad de Victoria que está haciendo un curso sobre deporte cerca de la casa. Aunque cuando hablan entre ellos me pierdo, sí que se interesan y a veces hacen esfuerzos por integrarme en la conversación y entenderme.

También he ido a correr un par de veces por la zona. Y me he perdido, claro, pensando en las musarañas. Pero preguntando he vuelto a casa sin problema. La gente es muy agradable y te ayuda encantada. Hasta la mayoría acaban preguntándote de dónde eres e interesándose por España. Me gusta New Westminster. Es muy tranquilo, con parques y zonas para practicar deportes, pero también con varias zonas con restaurantes internacionales y alguna cafetería. Ayer, por ejemplo, fui a cenar a un tailandés.

Mi hogar en New Westminster, una casa centenaria hecha en madera

Todavía no sé qué hacer para el próximo mes. Por un lado, todo el meollo está en donwtown y no tendría que perder tanto tiempo en viajes cada día. La idea de salir de casa y moverte en bici o poder ir a correr por Stanley Park es muy apetecible. Pero por otro, tampoco he visto nada interesante en internet y yo valoro bastante la casa como para malvivir hacinado en cualquier cuartucho, porque en downtown los precios de las habitaciones buenas se disparan. Además aquí no me tengo que preocupar por nada. Tan solo de mantener mi cuarto ordenado y colaborar recogiendo platos, porque de la comida y de la limpieza de la casa se encarga la pareja, lo que me permite aprovechar el tiempo con otras cosas.


No sé, a no ser que encuentre algún chollo en las próximas semanas, creo que seguiré en New Wenstminster un poco más, mientras me sigo haciendo a la ciudad. Cuanto más la voy conociendo, más me va gustando y me siento poco a poco uno más.

miércoles, 15 de mayo de 2013

La vuelta al cole: en VEC

Tras una semana de clases creo que ya es momento de contar las primeras impresiones de la vuelta al cole. Vancouver English Centre (VEC) es una de las escuelas de inglés más grandes de Vancouver. De hecho, el primer día te dan un mapa para poder ubicarte y la verdad es que sí que es necesario al principio. Está ubicada en un sótano de Yaletown, cerca de la zona comercial de Vancouver. La entrada es muy cutre y la cartelería no ofrece una gran imagen de la institución (creo que pasa mucho en Vancouver; los escaparates son bastante pobres), pero por dentro las instalaciones están bastante bien. Hay unas 50 aulas, un amplio comedor con una docena de microondas, zona de ordenadores, una pequeña cafetería y hasta dos salas de rezo para musulmanes, una para hombres y otra para mujeres

Esta es la imagen de la entrada de VEC: cutre, cutre

El primer día te hacen dos pruebas de nivel. Una escrita para conocer tu nivel de gramática y otra oral, una muy pequeña conversación con un profesor (quizás demasiado breve). Hay 15 niveles de cada. A mí me pusieron en el nivel 14 de grammar, por la mañana, y en el 9 de speaking, por la tarde. Mi inglés es muy medio, así que me sorprendió bastante. El nivel del alumnado no es muy alto. También hay muchas otras opciones que puedes combinar en función de tu nivel y que agrupan en tres secciones: inglés general, inglés de negocios e inglés académico (para los que quieren matricularse después en la universidad).

Cada uno de estos cursos dura 4 semanas, así que cada mes podré elegir asignaturas como por ejemplo marketing, cultura pop o preparación de exámenes como el IELTS. Los viernes por la tarde también hay otro tipo de clases más lúdicas. Yo me he apuntado en unas sobre búsqueda de empleo, que no es que sea lo más divertido, pero me vienen bien.

Zona de comedor y de reuniones varias

Como hay tantas asignaturas, los profesores también son bastantes. Si no estás contento puedes cambiar por otra materia de tu mismo nivel, aunque tienes que dar tus razones. Sé de gente que se ha cambiado sin problema y otra a la que no le han dejado… A mí me han tocado dos teachers bastante curiosos. El de la mañana enciende y apaga continuamente un ventilador que tiene a su lado. Eso sí, mientras hacemos ejercicios nos pone música y es bastante buena. El de la tarde es un fricky. Es el que se quita los zapatos y se pone a dar la clase descalzo. Este último no me encanta, pero por el momento sigo ahí.

La verdad es que una vez que empiezas a coger confianza con alumnos y profesores la cosa va mejorando. Al principio el shock fue bastante grande. Primero porque la media de edad es muy joven. Para la mayoría de la gente las clases son una escusa para venirse de vacaciones, aunque también hay emigrantes que llevan años en Canadá y tienen un nivel de inglés bastante bajo. Y después está el grupo en el que estamos la mayoría de los españoles (en la escuela me han dicho que somos 5 o 6), que es el de aprender inglés y buscarnos la vida, la mayoría con el programa de estudio y trabajo.

Aquí se produce el momento tuppers a las 12, cada uno a calentar su comida

Por otro lado, el ritmo de las clases me parecía bastante relajado, aunque ahora casi lo prefiero. Son muchas horas. Yo venía de dar clases en España con el método Vaughan, que es mucho más intensivo y productivo. Incide en los fallos que tenemos los españoles. Aquí no. Hay un mix de nacionalidades bastante amplio y las necesidades de unos y otros son muy distintas. En mis clases hay gente de Brasil, Japón, Corea del Sur, Tailandia, China, Arabia Saudí, Ecuador y Alemania. La comunidad más grande en la escuela es la de brasileños, tailandeses, japoneses y coreanos. Europeos, muy pocos, e hispanos tampoco demasiados. En total habrá unos 300-400 alumnos y el número de estudiantes por clase varía bastante. En la de la mañana somos 6 y en la de la tarde 12.

¿Recomendaría esta escuela? Pues es difícil de responder, porque no puedo comparar con otras, pero supongo que dependería del precio.  Tampoco llevo mucho tiempo. Por el momento me parece una escuela normal, ni me flipa ni me parece que sea mala. Lo bueno es que hay mucha variedad de clases y puedes conocer a mucha gente, ya que cada mes cambias de clase y compañeros. Por contra, quizás es más fría. Por lo menos el recibimiento del primer día me ha parecido poco atento para ser una escuela en la que todos sus alumnos son extranjeros, que se encuentran en un país diferente y cuya lengua no dominan.

Los japos fotografían  el encerado, pero no sé cómo logran estudiarlo

Pero para la oferta que me pillé yo sí que estoy contento. Me vine con un precio muy bueno para hacer el programa de estudio y trabajo. Me costó unos 2.000 euros e incluye 24 semanas de curso de inglés super-intensivo (29 horas a la semana). Después puedo trabajar otras 24. Lo estoy pagando mes a mes pero esta oferta terminó en marzo.

Eso sí, ojalá inventasen una especie de píldora que te permitiera hacer una transferencia lingüística al momento... 

sábado, 11 de mayo de 2013

My canadian phone number!

Por fin tengo número de teléfono canadiense. Y un móvil más que decente.

Antes de venirme a Canadá liberé mi móvil llamando a Vodafone, que me costó unos 7 euros “por las gestiones”. Es un cutre-smartphone, un HTC Wildfire, pero para ver el correo y chatear por whatsapp era suficiente. No sé si fue casualidad o no, pero desde que me lo liberaron empezó a ir fatal. Se bloquea continuamente, salta de pantalla, va muy lento… El pobre no da para más.

En Canadá hay muchas compañías telefónicas y cada una funciona a su manera

Pero, bueno, hasta el momento me ha servido para conectarme vía wifi y estar en contacto con familia y amigos durante los primeros días. También he pedido a Vodafone un cambio de contrato a prepago para seguir conservando el número sin pagar cuota mensual. Tan solo tienes que meterle un saldo de 6 euros. Y otros 6 antes de cumplir los 6 meses, ya que si no lo pierdes. Tengo que acordarme. Estaos al loro y me avisáis. Ok? :P

Mi idea ya era la de contratar aquí un número canadiense. Para buscar trabajo, por ejemplo, es imprescindible. Y además, si contratas tarifa de datos, es mucho más fácil estar en contacto con España, sin que necesites estar buscando wifi. Más que nada porque por el cambio horario es complicado coincidir.

Fido y Wind son dos buenas opciones si acabas de llegar

Aquí hay muchas compañías de teléfono y cada cual funciona a su manera. Porque aunque pienses que todo va a ser igual que en España, no es así. Nunca puedes dar nada por hecho, porque lo que para ti y para mí puede ser lo lógico, por lo que estamos acostumbrados en nuestro país, en América no tiene por qué ser así.  Por lo tanto, entre que yo tampoco estoy muy ducho en la materia y que mi nivel de inglés no es maravilloso, en vez de ponerme a pedir información en cada compañía seguí las recomendaciones de mi agencia y de mi homestay.

Wind y Fido fueron las elegidas. Ninguna de la dos te obliga a tener ninguna permanencia. Solo pagas los meses que estás de alta y son de las más baratas. La tarifa que me intersaba de Wind solo me costaba 30 dólares mensuales, con internet sin límietes y llamadas provinciales de entrada y salida incluidas. Sí, de entrada y salida, porque en Canadá por recibir una llamada también te pueden cobrar. También incluye mensajes a números canadienses. Es una especie de compañía de bajo coste, con peor cobertura, aunque por lo que he preguntado en la zona de Vancouver va bastante bien.

Wind es muy barata pero solo tiene cobertura en las principales ciudades

Por su parte, la tarifa de Fido con internet me costaba 39 dólares (siempre me refiero a precios sin impuestos incluidos, que en British Columbia son del 12%). Incluye mensajes de texto, foto y vídeo ilimitados para todo el mundo, llamadas ilimitadas a Canadá noches y fin de semana, y 450 minutos al mes el resto de las franjas horarias. Y 600 MB para internet.

La cobertura es mejor en Fido, pero como tampoco creo que salga mucho de Vancouver y si lo hago mis llamadas no serán tan importantes como para no poder prescindir de ellas, en un principio por tarifa pensaba contratar Win. Pero aquí vinieron los peros.

Fido es una buena opción calidad/precio y ahora con buenas ofertas

En ambas tiendas me dijeron que mi móvil no era compatible en Canadá. Como no controlo mucho de móviles no os lo puedo explicar mejor, pero creo que se debe a que no admite la misma frecuencia con la que operan aquí. Debe de ser una excepción, ya que en la agencia me habían comentado que no tendría problema. La mayoría de los modelos nuevos creo que sí que sirven.

Necesitaba un móvil nuevo. Y casi agradecí que así fuera, porque ya os comenté que el mío iba muy mal y me desesperaba. En ambas compañías me permitían coger uno nuevo con permanencia, pero aquí las condiciones cambian sustancialmente. En Wind la permanencia es de tres años. ¿y qué pasa si cancelo el contrato antes, como así será probablemente? Pues cada mes me descuentan solo 3CAD$ del precio total del aparato. Es decir, que si solo estoy un año solo me descuentan 36CAD$. Una caca. Además, tampoco tenían una oferta de móviles muy buena.

Fido, en cambio, tan solo exige 2 años de permanencia. Y si te vas antes, pagas solo la parte proporcional. Es decir, si me voy al año, pues tendría que pagar la mitad del precio final. Y la oferta de terminales era mucho mejor. Además, me aplicaron una serie de ofertas, por las que en tres meses me descuentan 75CAD$ en el precio del móvil y el primer mes del contrato es gratis.

Al final me cogí un Nexus 4, cuyo precio final eran 425CAD$. Tuve que pagar ahora 100CAD$ y en tres meses me devuelven 75CAD$ por la oferta. Si en un año me doy de baja, tendré que pagar 162CAD$. Tened en cuenta que 100€ son 130CAD$, aproximadamente. Y el terminal está liberado.

El Nexus 4 me sale por 25CAD$ si permanezco 2 años en la compañía

Para hacer el contrato fue suficiente con mi pasaporte, aunque en otra compañía en la que pregunté,Virgin, no servía y me pedían algún documento oficial canadiense (licencia de conducir, tarjeta de crédito…), sino nada. Ni siquiera necesité una cuenta bancaria, ya que te pasan las facturas directamente a la tarjeta de crédito o incluso te dan la opción de ir a pagar a la tienda mes a mes. Te envían un email con el importe y tienes un plazo. Yo dejé los datos de mi tarjeta de crédito española, pero no me quedó claro si tendrá algún coste añadido o no. Ya os contaré. También me dieron la posibilidad de elegir un número entre varias opciones. Me decanté por la terminación en “37”, mi portal de toda la vida. “Are you sure?”, me dijo la dependienta como si se tratase de una decisión trascendental. En fin, que  a veces no es que no entiendas lo que te están diciendo, sino que te sorprende tanto la respuesta que dudas si has entendido bien...

Que esta información os sirva solo a modo orientativo, ya que no soy ningún experto, y las condiciones, como sabéis, están cambiando continuamente. Ahora a disfrutar mi primer fin de semana en Vancouver con mi nuevo smartphone. 

Si vosotros ya estáis en Canadá, ¿qué compañía habéis contratado y por qué? 

¡Buen fin de semana!

PD. Si estás interesado en contratar Fido, ponte en contacto conmigo, porque tienen un programa de esos en los que si vas de parte de alguien te hacen un descuento en la primera factura. Creo que eran 20 o 25$. No es mucho, pero menos es nada... (bueno, y a mí también :P, así que todo por la causa!)

jueves, 9 de mayo de 2013

Y de repente la gran ciudad

La vida en Vancouver sigue su curso. Los días son bastante agotadores. El viaje diario hasta el centro se me hace pesado. Al final entre ida y vuelta son unos 40 minutos caminando y otros 50 de tren. A ello hay que sumarle las caminatas por downtown para ir conociendo la ciudad. Y después las vueltas que puedo dar para encontrar las cosas. Todo son calles paralelas y los edificios, muy parecidos. Y, bueno, yo es que tampoco soy un as en cuanto a orientación…

Los efectos espejo en los edificios son increíbles

Sigo sin tener teléfono canadiense. Al final haber liberado mi teléfono español no me ha servido para nada. Me han dicho que ese modelo no sirve aquí. Alguna compatibilidad en no sé qué. Al banco todavía no he ido, pero entre que EVO Banco ya no cobra comisiones en cajeros del extranjero y que por aquí se puede utilizar la tarjeta de crédito en todas partes tampoco me urge mucho. En cuanto al visado de trabajo, mañana tengo una cita en la escuela para solicitarlo.

Parece una chorrada pero a veces hasta conseguir la cosa más insignificante en un país diferente puede hacerse una odisea. Llevo varios días buscando una carpeta normal, de cartón, para llevar las cosas un poco más organizadas en la bolsa, y nada, tan solo encuentro clasificadoras y archivos…



En cuanto a la escuela, sigo sin integrarme demasiado. El profesor de la mañana, bien, aunque para estar en nivel 14 me parece que se para mucho en cosas muy sencillas. Van muy despacio, pero entiendo que a un estudiante asiático la gramática le tiene que costar mucho más. Llevamos tres mañanas viendo los pronombres relativos… Las clases de la tarde sí que no me gustan nada. Y el profesor me parece repulsivo. Las pintas no tienen desperdicio. Hoy se quitó los zapatos y dio las clases en calcetines, aunque parece que a nadie le extrañó mucho. Pero lo peor es que tiene algún problema de dicción y no muestra nada de empatía con los alumnos. Él va a lo suyo. Y, bueno, el perfil de los estudiantes de esta clase es muy parecido al de un instituto. Estoy pensando en pedir cambio, pero creo que no les suele hacer mucha gracia.

Tardé mi tiempo en encontrar el edificio reflejado...

Lo mejor de todo ha sido el gran descubrimiento de la tarde. Hoy sí que he vivido la gran ciudad. He paseado por lo que me ha parecido el centro financiero, similar a la Citty londinense. Rascacielos acristalados que producían unos juegos de luces y efectos espejo increíbles. No paraba de quitarme la cámara del bolsillo para disparar. Y entre tanto edificio moderno, el reflejo de uno más clásico, cuyo original me costó encontrar porque estaba detrás de otro y no encontraba de donde procedía el reflejo. Por fin más movimiento, más sensación de gran urbe.

El mar da una gran sensación de amplitud y luminosidad

Esto todo no era más que la antesala de algo más grande. Encuentro el mar y el Canadá Place, y de repente se ve una amplitud enorme. Una especie de ría llena de luz. Y al fondo, North Vancouver, el municipio que está enfrente, con las montañas nevadas detrás, y que se comunica con la ciudad a través de ferrys al estilo Cangas-Vigo. La verdad es que dar un paseo por esa zona me dio vida y me hizo sonreír.

Al otro lado del mar, North Vancouver y las montañas nevadas

En vez de yates, hidroaviones!


martes, 7 de mayo de 2013

Las primeras impresiones

Tercer día en Vancouver y me voy haciendo a la ciudad poco a poco. Hoy tuve mis primeras clases, ya que ayer fueron las pruebas de nivel: una de gramática y otra de comunicación oral. En comunicación oral me pusieron en el nivel 9 y en gramática en el 14. Hay 15 niveles, así que creo que no está nada mal. Estos meses estudiando inglés han dado sus frutos. La escuela es bastante grande. De hecho, te dan un mapa para que puedas localizar las aulas. Tiene wifi y cuenta con una zona de ordenadores que puedes usar sin problema. También tiene una zona comedor con muchos microondas y un vertedero. La gente suele comer allí.

Yo estos días he preferido salir y airearme un poco. La verdad es que por ahora me siento un poco fuera de lugar entre tanto adolescente. Además, está haciendo mucho calor y apetece sentarse en el parque.

La mayoría de los rascacielos tienen un color azul agua

Vancouver es muy tranquilo. Aquí el espacio sobra, así que las calles son inmensas, pero apenas hay tráfico. No se nota ni de broma el ajetreo que puede haber en una ciudad europea. No hay estrés. Da sensación de ciudad de vacaciones, pero aquí parece que es sencillamente estilo de vida.

Para ir a clases tardo unos 45 minutos. Diez minutos desde mi casa a la estación de skytrain, 25 de viaje en el skytrain y otros 10 caminando hasta la escuela. En vez de metro, hay skytrain. Yo pensaba que sería una especie de tren de cercanías y que podrías ir cómodamente sentado, pero es como un metro que va por la superficie. Así que en horas punta nada de ir sentado cómodamente leyendo. Ya tengo el bono mensual de dos zonas. Puedo coger cualquier transporte sin pagar nada dentro de esas dos zonas: autobús, skytrain o seabus, que son los barcos que te llevan a North Vancouver. Aún no los utilicé, pero me imagino que serán parecidos a los que cruzan la ría de Vigo para ir a Cangas.

En el centro de la ciudad hay este huerto urbano

Sigo sin teléfono canadiense ni cuenta bancaria. Para el teléfono, en la agencia me han aconsejado Wind, con una tarifa de 30 dólares incluye llamadas ilimitadas para toda la provincia, mensajes de texto e internet ilimitado. Pero también me han advertido de que la cobertura no es muy buena fuera de la ciudad. En mi homestay me dicen que va muy mal, que mejor coja Fido. Sale algo más cara. Por 39 dólares tendría mensajes, 400MB de internet, llamadas por la noche y fines de semana y 450 minutos fuera de este horario. En ninguno de los casos exigen permanencia ni cuenta bancaria. Te descuentan la cuota mensual directamente en la tarjeta de crédito.

En cuanto al banco, en Uvanu me han hablado de una cuenta para estudiantes en Scotiabank que no te cobra comisiones, pero todavía no he ido a preguntar.

Una de las principales avenidas del centro

En la homestay sigo contento. La única pega que le veo es que queda un poco lejos, pero la comida está muy bien y se preocupan de facilitarte las cosas y ayudarte, lo que se agradece mucho cuando acabas de llegar a un país nuevo en el que no conoces a nadie. El domingo nos fuimos todos a la playa. Me llamó la atención el color del mar. Nada de azul verdoso. Sino un negro muy poco apetecible. En cualquier caso, casi nadie la tocaba. El agua estaba fría, pero tampoco mucho más que lo que puede estar en las Islas Cíes (Vigo). La arena también oscura, aunque sin llegar a ser tan negra como en algunas playas de Lanzarote. También sorprende ver la cantidad de troncos enormes que hay en la arena.

La Wreck Beach, con las montañas nevadas al fondo
Los troncos ya forman parte de la decoración de la playa

Hoy después de las clases he dado un paseo hasta Stanley Park y a la English Bay Beach. Me ha encantado. Dan ganas de irse a vivir a esa zona para salir a correr y a andar en bici al lado del mar. Os dejo unas imágenes, porque merecen mucho la pena.

La gente aprovecha el sol para descansar en el césped
La English Bay es una de las playas más concurridas
Un paseo bordea el Stanley Park al lado del mar
Mamá ganso también aprovecha para pasear a sus niños