domingo, 8 de diciembre de 2013

Volver and come back

Quizás un domingo a las 6 de la mañana no es el mejor momento para escribir un nuevo post, pero son cosas del jet lag. Y tanto tiempo sin escribir pues lo merecía.

Volví. Sí. Me cogí de nuevo un avión a Londres y otro a A Coruña. Y después de casi 50 horas de viaje (con visita incluida a amigo en Londres), timbré a las 10 de la noche en casa de mi familia sin que ellos supieran nada. Sí. Sorpresa, sorpresa. Porque las cosas que vienen de repente no deben ser siempre malas. Y por ese momento de saltos y alegría ya mereció la pena un viaje tan largo. Imaginaros que de repente llega a casa alguien que pensáis que estaba a 8.000 kms. de distancia…

Yo soy demasiado vago para grabarlo y editarlo (y viajar solo tampoco ayuda), así que aquí os  dejo el vídeo  de donde surgió la idea y que refleja bastante bien lo vivido:



¿Por qué volver? Pues fue como cuando todo el universo se conjura para que algo sea así. Y es que todo indicaba que era el momento. El término de una etapa (la escuela) y el comienzo de otra. Una boda de alguien cercano. La posibilidad que me ofrecieron en el curro de trabajar desde España.  Y la necesidad de volver en un año a pesar de tener visado para más tiempo, para no perder el paro, que tuve que suspender al salir del país (vuelves; lo activas y antes de marcharte lo vuelves a suspender y ya tienes de nuevo otro año de plazo para reanudarlo). Y básicamente, porque lo necesitaba. Estaba saturado. Me sentía bloqueado y estancado. Y necesitaba cargarme de energías para volver con más fuerza y aprovechar al máximo esta nueva etapa fuera de la escuela y centrada en el trabajo.

Air Transat una vez más una muy buena opción para volar

Volver  a tu vida después de bastante tiempo  fuera es una sensación que nunca había vivido. Seis meses no parecen tanto, pero la vida continúa para todo el mundo. Extraña y agridulce sensación la de ver tu vida sin ti. Sobrinos más altos y más mayores, amigos con niños que antes no tenían, amigas más embarazadas que nunca, amigos con nuevos amigos, ex con nuevas vidas y mi antigua casa con sus nuevos inquilinos. Aunque, como me ha comentado un compañero de trabajo a la vuelta, “seguramente quien más ha cambiado seas tú, pero no te has dado cuenta”. En cualquier caso, muy contento de haber compartido cervezas y cafés con quien he podido, y esperando hacerlo pronto con los que no ha podido ser en esta ocasión. Ah! Y habiendo recuperado un poco de peso!
 Lo que no ha cambiado nada es la situación de España. Y esto va para los que no estáis allí. Las mismas noticias de miseria, corrupción y depresión. Calles con negocios cerrados por todas partes. Y uno se da cuenta de que la ciudad en la que habías vivido ni tiene los edificios tan altos, ni es tan limpia, ni tan bonita y ni siquiera la fiesta (que aquí sí que debería ganar por goleada) es tan divertida y excitante como recordabas. Y es que la España de hoy poco tiene que ver con la de hace 10 años.

Llegar a Vancouver y que te reciban en chino no tiene precio...
Y sin embargo mi mundo en Vancouver sigue tal cual lo había dejado. Recibimiento gélido, como cabría esperar de este país. En mis dos primeros días en la ciudad la temperatura máxima no alcanzó los 0ºC. Por lo visto no es lo habitual, pero así ha sido el recibimiento. Y en lo personal, pues igual. Lo de la temperatura ya debió de ser un presagio. Encuentros previstos cancelados y una desorientación total en lo que a las relaciones personales se refiere. Pero, bueno, yo a lo mío. En la búsqueda de un nuevo trabajo que complete o mejore el que ya tengo. Seguir estudiando inglés por mi cuenta. Y comenzar una rutina de práctica deportiva que había perdido.

¡Buenos días a todos! Es domingo. Son las 7 de la mañana. Y aquí uno ya ha hecho algo de provecho…  (o no) :P

3 comentarios:

  1. Como las otras veces, gracias por el post. Creo que tu manera de apreciar las situaciones es bastante realista. Yo aún no he vuelto a españa, pero comprendí totalmente esa sensación de que las cosas no son tan buenas como las recordabas.
    A alguien le he oido que en los primeros años cuando emigras o otro sitio eres una persona sin nación. No te acabas de encontrar totalmente comodo en ningun sitio, el antiguo no era tan bueno como imaginabas y el nuevo es extraño y cuesta acostumbrarse.
    Tambien entiendo lo de la desorientación el las relacciones. Lo he hablado con gente que lleva aquí decadas, y también lo vivieron.
    PD: Tengo esa misma foto de ese mismo cartel de vancouver. Hasta he pensado que me la habías birlado. XD

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  2. Jajajajaja! Muchas gracias por tu comentario, David! Me alegra saber que no estoy loco y que lo que siento y percibo es compartido por alguien más... Pues no, no te he birlado nada. Y seguramente haya muchos más a los que les haya llamado la atención esa bienvenida en chino. Un saludo y mucha suerte andes por donde andes!

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  3. Na tranquilo. Me había dado cuenta que esa era de noche, pero en los primeros segundos era como "WTH".
    Pues llevo un par de meses en Victoria, y ahora en Salt Spring. De momento solo de turista, pero en unos meses activo la WHV.
    Suerte para tí también, que nunca viene mal.

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