domingo, 1 de septiembre de 2013

De cómo Vancouver ha convertido el orgullo gay en sus fiestas patronales

Termina el verano en Vancouver antes de tiempo y nos preparamos para vivir ese invierno gris, sin tregua para la lluvia, del que todo el mundo habla.Verano con  buen tiempo pero sin fiestas patronales. A diferencia de cualquier pueblo de Galicia, y seguramente de toda España, aquí no hay.

A falta de tradiciones laicas y religiosas en una ciudad de poco más de 150 años, los vancouveritas se han apoderado de la fiesta del orgullo gay, como estandarte de la tolerancia, para convertirlo en algo parecido a lo que son nuestras fiestas de toda la vida. Haciendo uso de su practicidad lo han trasladado a la primera semana de agosto  para facilitar la llegada de turistas de toda Norteamérica, ya que en casi todos los sitios se celebra a finales de junio o principios de julio, en conmemoración de la revuelta de Stonewall.

Pasos de peatones de colores pintados para la ocasión

Hasta los fuegos artificiales que anuncian el estado de jolgorio en cualquier fiesta patronal, en Vancouver se celebran durante la semana del orgullo. Se trata de todo un acontecimiento. Cortan las calles para facilitar el acceso, y posterior evacuación, a la playa de English Bay, donde la gente reserva su trocito de arena desde horas antes para poder disfrutar de la actuación pirotécnica tras la puesta de sol. Los fuegos salen en las noticias antes y después del evento, para que veáis la importancia del acontecimiento, que se repite durante tres días y que incluye música al espectáculo visual a través de una emisora de radio que hay que sintonizar con el móvil si quieres disfrutarlo al completo.

Gente apiñada en English Beach para ver los fuegos

Y así fue la evacuación tras las fuegos

Durante esta semana la ciudad se engalana más que nunca con los colores del arco iris y en ello participan desde particulares y asociaciones, hasta cualquier empresa y comercio por grande o pequeño que sea. Si Vancouver fuese Vigo, por ejemplo, El Corte Inglés luciría en su fachada una enorme bandera multicolor bajo el lema “¡Estamos orgullos@s!”, el cruce de Colón de los cuatro bancos se convertiría en una competición de a ver quien luce el escaparate multicolor más vistoso y original y la mercería de Carmiña estrujaría su creatividad para adornar el escaparate con calcetines cuidadosamente seleccionados con los colores de las fiestas…


Hasta los bancos se vistieron para celebrar las fiestas

Y los restaurantes
Y las tiendas de ropa...


Vancouver, ya de por sí una ciudad orgullosa, se empacha de banderas de colores: en los supermercados, en los bancos, en las tiendas de moda y no tan de moda, en las peluquerías, en los restaurantes y hasta en clubes de señoritas, que difícilmente cuentan con un público gay o lésbico… Pero todos se unen a la corriente y celebran estas fiestas que la ciudad parece haber adoptado como suyas.


A algunos la clásica banderita les sabía a poco...
Se trata sobre todo de un sentimiento colectivo de ganas de fiesta y de apoyo a la tolerancia y a la diversidad que de otra cosa, pero las fiestas no son para tanto. El viernes cerraron varias calles al tráfico para ofrecer música en directo y DJs, lo que vendrían a ser nuestras verbenas de toda la vida. Pero como aquí beber alcohol en la calle está prohibido, cercaron la zona de la carretera con vallas y para acceder, además de identificarte, tenías que pagar unos 20$ sin incluir ni una copa de regalo. Sino siempre puedes quedarte en las aceras y disfrutar del espectáculo desde fuera, como la amiga fea que nadie saca a bailar, como fue mi caso.

Una valla separa la zona de alcohol de la de no alcohol
El domingo por la mañana fue el momento del desfile, donde el momento fiestas patronales se fundió con el de los carnavales y el colorido y la fantasía se sumaron a la alegría de la fiesta. Al igual que en Seattle, todo el mundo participaba, desde niños a mayores, desde empresas punteras a asociaciones de lo más variopinto y desde las más locas a  serios policías y militares uniformados. Aquí tenéis una muestra:

















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