sábado, 24 de agosto de 2013

Un fin de semana en el agua, al estilo canadiense

Los canadienses en general, y los vancouveritas en particular, adoran las actividades al aire libre. Hiking es su actividad de tiempo libre favorita. Viene a significar senderismo, pero ellos la utilizan para todo. Desde un simple paseo por un camino o la playa, hasta recorridos más ambiciosos por la montaña.

El hiking es la actividad de tiempo libre por excelencia en Canadá

Pero cualquier tipo de actividad al aire libre es popular aquí, especialmente en verano, cuando el tiempo acompaña. El pasado fin de semana tuve la oportunidad de participar en una de ellas. Hace dos semanas que me mudé a West End (ya os hablaré del barrio en otro post) y ahora convivo con dos chicos mucho más amigables y que me ayudan a integrarme en la vida vancouverita. De hecho, son quienes me invitaron a pasar un fin de semana navegando por un lago en un barco vivienda (house boat). Thank you very much!

Vuelta al barco tras hiking por la costa de Shuswap Lake

Éramos quince personas. Al principio pensaba que era un grupo de amigos, pero no todo el mundo se conocía. Más bien era un grupo de amigos que fue invitando a otras personas fuera del grupo, por lo que además de disfrutar de la naturaleza es una forma de conocer gente nueva, una forma de socializar muy popular en Canadá.


Construcciones de piedras típicas de los nativos de British Columbia

El lago Shuswap está a unas seis horas en coche de Vancouver. En él hay varias compañías que alquilan barcos. El nuestro era de 16 plazas y nos salió por unos 400 dólares cada uno (unos 300€) de jueves a domingo. Allí cocinamos y comimos hasta hartarnos, nos bañamos en el medio del lago, atracamos en playas por la noche, hicimos algo de hicking, fiestas nocturnas… Todo en un ambiente muy agradable y colaborando todo el mundo en las tareas.

Vistas de la costa del lago Shuswap desde el barco

Los organizadores ya tenían planeada cada una de las comidas del día. Qué se comería y quien se encargaría de la cocinar en cada momento. Yo como fui una incorporación de última hora me dediqué a la fregar platos en un par de ocasiones. Las bebidas eran cosa de cada uno. Se bebió desde vino y cerveza a los cóckteles más variopintos.

Un tobogán que dio mucho juego a la hora de bañarse

Por la noche, una pequeña hoguera en la playa dio para divisar las estrellas y para hablar de lo divino y de lo humano. Yo en este viaje también volví a chocar con la barrera del idioma. Aunque mi nivel de inglés es suficiente para una convivencia y para conversaciones de tú a tú, en las charlas de grupo me perdía, las bromas se me escapaban y en muchas ocasiones me sentía un poco aparte, pero todo bien.


Despegue de hidroavión muy cerca de nuestro barco

El barco era un poco la realidad de Canadá. Aunque todos eran ciudadanos canadienses o residentes permanentes, excepto yo, los orígenes eran muy variopintos. Tres latinos (Chile, México y España), cinco asiáticos (Filipinas, Corea del Sur, Malasia y Hong Kong), dos estadounidenses y cinco nacidos en Canadá, de los cuales uno era francófono.

Unas de las pocas casas que se podían ver a orillas del lago

Desde luego, la experiencia mereció mucho la pena. Disfrutamos como enanos saltando al agua desde el barco, tirándonos por el tobogán y haciendo luchas con pistolas de agua. Vamos, un regreso a la infancia en un barco de treintañeros en adelante. :P

Quien esté interesado en alquilar un barco de estos, tiene más información AQUÍ.


Relajarse en el jacuzzi mientras disfrutas de las vistas del barco

Una tienda flotante donde repostar y comprar comida y souvenirs.


1 comentario:

  1. Jo, pues menuda experiencia más chula. Me alegro que despues de lo que habías comentado de la dificultad para integrarse te haya surgido esta oportunidad.

    ResponderEliminar