domingo, 2 de junio de 2013

¡Eres más rico de lo que piensas!

Esta semana he recibido mi primera carta en Canadá. Bueno, la segunda. La primera fue la factura del teléfono. Mi banco me ha deleitado con esta postal:

Buenísimo el lema de Scotiabank ¡Ya por eso hay que ser cliente! :P

Además del agradecimiento, el lema me parece genial: “Eres más rico de lo que piensas”. Los canadienses son amables y atentos por lo general. Y los bancos canadienses no se podían quedar atrás.

Pero esta postal también cumple otro objetivo. El de confirmar que la dirección que les di el día que me hice cliente es correcta. Después tienes que devolverla a la oficina y de esta forma ya empiezan a tramitarte la tarjeta de crédito. Como veis, en Canadá no se complican mucho y a veces recurren a procesos muy simples, pero efectivos, sin necesidad de utilizar grandes tecnologías.

Os muestro el interior de la postal. Sería muy extraño recibir en España una carta de tu banco escrita a mano, ¿no?

El tachón es de elaboración propia, pero el texto a mano tal cual

El día que fui a llevar la postal aproveché para hacer mi primer ingreso. Como comentaba en el post Contratar una cuenta bancaria al estilo canadiense, retiro el dinero en un cajero con la tarjeta de EVO, que no me cobra nada, y así me ahorro los 15CAD que cobran en Scotiabank por recibir transferencias internacionales. En el mostrador donde haces el ingreso, para identificarte te piden que introduzcas tu tarjeta de débito en un TPV. Marcas tu contraseña y ya te tienen fichado. No me pidieron otro tipo de identificación. Después te dan un recibo similar al ticket de una compra.

En la oficina de Burrord, el centro financiero de Vancouver, hay un mostrador de información cerca de la entrada. Una señora muy atenta te da la bienvenida aunque pases de largo, como ha sido mi caso. A la vuelta, te agradece la visita y te desea un buen día de una forma muy efusiva. Voy a tener que volver a menudo, que parece que a la señora le ha hecho mucha ilusión la visita.

Todo esto a una cierta distancia, por lo que me sorprendió gratamente. ¿Amabilidad canadiense o a ver si va a ser cierto que, efectivamente, “soy más rico de lo que pienso"?

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